La consulta se inicia con un interrogatorio general y específico a fin de encontrar una guía para entender los fenómenos que producen el desequilibrio funcional que altera el organismo. Después realizo un examen postural estático y dinámico, evalúo la movilidad de los tejidos escuchando la globalidad del cuerpo y analizando las interacciones neurofisiológicas del desajuste en los diferentes sistemas corporales. Me interesa el síntoma pero también la causa de la perturbación, que puede estar ubicada a veces lejos de la zona en lesión.
El objetivo del tratamiento es restaurar la unidad, realizando un ajuste para normalizar la función y aumentar la capacidad de adaptación estática y dinámica al medio que nos rodea. Se mejora la fluidez de los tejidos a través de un abordaje manual adaptado a cada persona, en función de su edad y de su estado físico y emocional. A veces me apoyo en determinados complementos al tratamiento osteopático como pueden ser ejercicios específicos o recomendaciones higiénico dietéticas, dependiendo de las necesidades personales.
El protocolo de tratamiento respeta la individualidad y es variable en función de la evolución en la recuperación, pero de manera general tras realizar el ajuste es necesario esperar el tiempo suficiente para que los cambios corporales surtan efecto, esto conlleva realizar pocas sesiones y espaciadas en el tiempo.
El enfoque asistencial es terapéutico y preventivo. Se orienta a la persona para mejorar en aquellas facetas personales que puedan aumentar su calidad de vida y conseguir un mayor grado de equilibrio y armonía en los aspectos físico, emocional y energético.
«Cada paciente perfecciona nuestro conocimiento y nos fortalece el corazón»